Gran Zimbabue: En Busca Del Mítico Reino De Saba

Este cazador alemán había visitado unas ruinas que “jamás habrían podido ser construidas por los africanos”. Este estado ganadero, al que los arqueólogos y también historiadores denominan reino de Zimbabue, empezó a lo largo del siglo XIII a construir grandes recintos amurallados de carácter ceremonial y otros mucho más pequeños que contenían viviendas circulares de piedra. Emplearon el granito local, trabajándolo en bloques regulares unidos sin argamasa, formando construcciones robustas y muy resistentes. Más allá de todo, las murallas no se construyeron con objetivos defensivos, puesto que aparentemente eran maneras de expresión de prestigio. Por una parte, se piensa que la construcción fue llevada a cabo por pueblos mediterráneos o norteafricanos de raza blanca. Se apoyaron en la dificultad de las proyectos y la creencia de que las culturas africanas solamente tenían conciencia de la idea de civilización.

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A todo este cúmulo de desdichas se le añadió el apogeo de nuevos pueblos de la zona, hasta el momento en que el comercio del Índico se desvió hacia estos y Enorme Zimbabue perdió su poder comercial. Las rebeliones que los portugueses fomentaron entre sus reinos vasallos a finales del siglo XVI hicieron el resto. Las teorías hablan de una erosión en las tres grandes fuentes de capital shona. La agricultura intensa, así como la ganadería intensiva, comenzaron a desertificar pausadamente la semiárida región que ocupaban. Se piensa que a esto se le añadió una temporada de sequía y el apetito que vino con ella, provocando un desplazamiento a través de obra que trabajaba en las minas de oro.

Tipología De Los Restos

Estudió los restos arqueológicos que halló y la tradición oral de los shona y, tras equiparar sus datos con los de otros yacimientos viejos, concluyó que la ciudad había sido construida por los propios shona en la Edad del Hierro final africana. Los detallados dibujos y la cuidada estratigrafía de Caton-Thompson han sido decisivos para atar cabos sobre lo poco que se conoce de la sociedad de Gran Zimbabue. La misteriosa Localidad Perdida de Gran Zimbabue, esculpida en su integridad en piedra, data del siglo XII y la visita de sus restos arqueológicos es uno de los motivos clave para viajar a este país africano.

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Comprobó que los muros estaban hechos de piedras labradas unidas sin argamasa, y entre las ruinas halló objetos de hierro y unas aves talladas en esteatita que coronaban unos pilares. Concluyó que una muestra de cultura tan avanzada debía de ser obra de una nación civilizada. Mauch creyó que la localidad había sido establecida por fenicioso israelitas. El ocaso del reino de Zimbabue comienza a fines del siglo XV, probablemente por la sequía, la sobreexplotación agrícola y la tala masiva de árboles.

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Desde ese momento, las ruinas fueron investigadas por arqueólogos como J. F. Schofield en 1926, Gertrude Caton-Thompson en 1929 y Anthony Witty en 1958, que han confirmado las teorías de McIver sobre el origen africano de Gran Zimbabue. Pero las reticencias a admitir esta autoría perduraron hasta que Rhodesia logró su independencia, en 1980. El nuevo país adoptó el nombre del célebre monumento, símbolo de la supresión de la civilización negra por los de europa, y los misteriosos pájaros de esteatita se convirtieron en emblema de la novedosa nación, incorporándose a su bandera. Enorme Zimbabue fue la capital del poderoso reino de Monomotapa, que floreció entre los siglos XI y XVI merced al comercio con diferentes zonas de África y Asia, y que abarcaba extensas zonas de lo que hoy son Zimbabue y Mozambique. Cuando llegaron los portugueses, en el siglo XVI, el reino se hallaba en medio de una decadencia y Enorme Zimbabue estaba casi despoblado.

Obra De Africanos

Tras crear nuevos espacios de culto y convencer a los pueblos vecinos de sus opiniones, una turbamulta de peregrinos viajó a sus santuarios, atrayendo consigo la riqueza comercial que se desarrollaba en las costas del Índico. En el último tercio del siglo XIX, con la expansión colonial europea en África, se causó el hallazgo moderno de las ruinas. El geólogo alemán Karl Mauch, tras ofrecer con las primeras minas de oro de Sudáfrica, se embarcó en la búsqueda de las fantásticas ruinas de Ofir que habían descrito los portugueses.

En 1867, Mauch oyó charlar de las ruinas a Alexander Merensky, un misionero alemán fascinado por la iniciativa de conseguir las minas del rey Salomón y el mítico reino de Saba. Otros cronistas portugueses de la época asociaron la localidad al intenso comercio de oro de esta parte de África y resolvieron que debía de tratarse de Ofir, el reino que, según la Biblia, proveía de oro a Salomón. La leyenda de que las ruinas eran las míticas minas del rey Salomón persistió entre los europeos a lo largo de tres siglos. Es mucho más, se vio alentada en 1667 por el escritor inglés John Milton, que en su poema épico El paraíso perdido ubica Ofir en algún lugar próximo al Congo y Angola.

A lo largo de bastante tiempo, las espectaculares ruinas del Enorme Zimbabue (Great Zimbabwe en inglés) asombraron a los aventureros y colonizadores europeos, para quienes las enormes construcciones de piedra que hallaron eran algo impensable en el corazón del África Negra. El primer europeo que las conoció fue el portugués Vicente Angosto, quien en 1531 habla de un espacio llamado Symbaoe. Se sabe que tuvieron que soportar los asedios de europa, pero eso no basta para comprender por qué razón desaparecieron.