Los nizaríes se transformaron en un movimiento tan poderoso que incluso acuñaron monedas de oro como esta del siglo XII. En la salón de rezos, formada por 19 naves de 33 tramos, las 850 columnas de granito, jaspe o mármol hermoso, sostienen 2 pisos de arcos de herradura –el arco musulmán por excelencia-. Lo cierto es que Córdoba, en aquella temporada, era considerada una localidad sin parangón entre las pobres ciudades de Occidente y, sin duda, superaba en relevancia – de lejos – a otras metrópolis del Islam mediterráneo, como Palermo, El Cairo, etc. Sus raíces alfaquíes –especialista en la interpretación de la sharia–, le crearonuna patológica pequeñez de alma por su exceso rigorista.
En el siglo IX, la interpretación esotérica del Corán quedó encarnada en una facción chiita conocida como ismaelíes. Organizados como una sociedad segrega, expertos en la acción furtiva para eludir las persecuciones de los poderes sunnitas, crearon un sistema de misioneros o propagandistas capaces de actuar por todo el Islam. Estos misioneros se encontraban entre los hombres mucho más educados de su tiempo, por lo que en muchos de los logros intelectuales de la temporada se puede detectar la presencia de los ismaelíes. No sólo era un grupo que se encontraba asimilando las novedosas ideas, sino que tenía que ver con un verdadero movimiento revolucionario temido en todas las cortes musulmanas. Algunas dosis de mesianismo –la creencia en la próxima llegada de un mahdi o “bien guiado” que inauguraría una era de igualdad y luz– ayudaban a ofrecer esperanzas a todos y cada uno de los que anhelaban justicia.
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Tras la repentina muerte de Mahoma en el año 632 sin dejar un sustituto claro, se desató una feroz pelea por el liderazgo de la comunidad musulmana que provocaría un enorme cisma. Los incondicionales del primo y yerno de Mahoma, Ali ibn Abi Talib, demandaron el poder para él en tanto que pertenecía a la familia del Profeta. En cambio, sus oponentes defendían que cualquier miembro de la tribu de Mahoma podía acceder a dirigir la red social. Con el pasar de los años, la disputa entre los seguidores de Ali, populares como chiitas, y sus enemigos, los sunnitas, dividiría a la Umma, la red social musulmana forjada por la actuación de Mahoma. Saladino, el gran héroe de todo el mundo islámico Leer artículoAunque esta secta era conocida por los cruzados, los relatos que nos han llegado son muy confusos. Todos y cada uno de los testimonios llaman al líder de estos asesinos “el viejo”, aplicándole títulos tan gráficos como el “señor de las dagas”.
Habitantes del norte de África; antes de la invasión de los árabes en el siglo VII, los bereberes eran cristianos, judíos o animistas. Población de origen hispano-visigodo que vivían en territorio al-Andalus y que, como los judíos, eran considerados “dimmies” o “gente del Libro” – de religión abrahámica. En un principio, aquello parecía una fácil operación de saqueo, pero al comprobar el frágil poder de los visigodos, este pequeño ejército, ahora reforzado con otros 5.000 hombres, fue conquistando Medina Sidonia, Morón, Carmona, Sevilla, Ecija, Córdoba y Toledo, la que había sido la capital del reino visigodo. Por un pequeño ejército, de árabes y bereberes, bajo el mando de un guerrero, de origen persa o bereber, de nombre Tarik, tras atravesar el Estrecho que separaba África de Europa (luego llamado jab al–Tariq o monte de Gibraltar). Pero tras esa cortina de horror oculta tras altos principios espirituales, subyacía un mercadeo constante, que era en realidad el trasunto que importaba. A mediados del siglo XI, un joven estudiante persa de 17 años llamado Hasan-i Sabbah se encontró con un misionero ismaelí.
Pasar a la ofensiva contra los selyúcidas no sería tan simple. Hasan-i Sabbah sabía perfectamente que atacar en campo abierto sólo daría gloria a los mártires, pero no depararía ninguna victoria. La solución que encontró fue organizar un cuerpo especial de combatientes, los fedayines, y lanzarlos contra objetivos muy bien elegidos. Estos fedayines –término árabe que significa “los que dan su historia por otro”– debían cumplir su misión sin tener en cuenta las consecuencias de sus actos, ya fuese su tortura o ejecución.
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La pura mención del nombre de Almanzor y sus salvajes incursiones en los reinos cristianos promovía en los orantes, plegariasmusitadas en voz baja además de un respeto reverencial. El 28 de abril 1192, Conrado de Monferrato festejaba en Tiro su designación como rey de Jerusalén –un título importante para los cruzados, a pesar de que la ciudad más importante de Tierra Santa había caído a cargo de Saladino cinco años atrás–. Situado en el valle del Orontes, en la población de Masyaf , esta fortaleza fue el centro del poder nizarí a lo largo de algo mucho más de un siglo, hasta finales del siglo XIII. Bajo el gobierno fatimí, Egipto fue el centro de un gran imperio que englobaba desde el norte de África hasta Siria y Yemen. Aquí se puede observar un pendiente de oro con incrustaciones realizado por artesanos fatimíes.
Y fue en el mes de julio del año 711, hace mucho más de 1.300 años, en el momento en que en las orillas del río Guadalete, fue derrotado y muerto Rodrigo, el último rey visigodo. Almanzor, un caso de crueldad extrema amparado en la religión. Un musulmán vacío de principios, alejadísimo de los postulados esencialesdel islam. Médicos del Islam, los enormes sanadores de su tiempoEntre los siglos VIII y XII, la medicina experimentó brillantes adelantos en el planeta musulmán, gracias a la restauración de la ciencia vieja y al amplio empleo del árabe como lengua de cultura. Los mongoles, hábiles jinetes y valientes guerreros, liderados por Hulagu, nieto de Gengis Kan, asolaron las fortalezas de los nizaríes, que no se recuperarían hasta el siglo XV. Fuera de la comunidad islámica, si bien en estrecho contacto y dependencia de la misma, estaban los no musulmanes, acogidos al status de los dimmis, y los esclavos.
Con Su Pequeño Ejército, Atravesó El Ajustado En El Año 711 Y Derrotó A Rodrigo, El Último Rey Visigodo
Data del siglo XI y se encuentra en el Museo de Arte Islámico, El Cairo. Alemana, nacida tras la Segunda Guerra Mundial en la República Democrática Alemana. He escrito el premiado libro sobre esos años Más dura va a ser la paz. Tras jubilarse se licenció en Historia en la Universidad de Barcelona, con Premio Extraordinario de Licenciatura.
En 1255, Hulagu, hermano del gran kan de los mongoles Mongke, lanzó una ofensiva contra la secta de los asesinos, que en 1241 había asesinado a Chagatai, entre los hijos de Gengis Kan. Los nizaríes atacaron exitosamente al sultanato selyúcida, que se extendía de Asia Central a Palestina. Abajo, incensario selyúcida de bronce en forma de león procedente de Jorasán (Irán). Los orientalistas de europa del siglo XIX contribuyeron a dar a conocer la idea de que los hashishiyya se llamaban así por el hecho de que ingerían hachís antes de cometer sus atentados.
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Aun de este modo, el Viejo y sus asesinos podían haber quedado como una anécdota mucho más en los relatos de las cruzadas de no ser porque a inicios del siglo XIV se difundió con gran éxito por toda Europa el Libro de las maravillas de Marco Polo. En él se muestra al Viejo de la Montaña usando drogas para formar a sus asesinos, y ésta fue la versión que quedó grabada en la imaginación de los de europa desde hace tiempo. Esta ruptura del equilibrio entre la doctrina y la sharia hace de los ismaelíes uno de los conjuntos mucho más singulares que se hayan conocido en el Islam. Cuando en agosto del año 1164 se proclamó en Alamut la “enorme resurrección”, la sharia quedó derogada y los fieles fueron liberados del cumplimiento de las leyes musulmanas. El Islam en Alamut y en el resto de las plazas bajo su autoridad pasaba a ser una religión estrictamente espiritual y personal.
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En octubre de 1092 acabaron con la vida del visir Nizam al-Mulk, un pilar fundamental del sultanato selyúcida. Por mes siguiente, el sultán selyúcida Malik Shah moría envenenado. La conocida aptitud de infiltración por parte de los ismaelíes señalaba a Alamut como origen del magnicidio.