Duro con los abusos, severo con los magistrados que prevaricaban, horrible con los oficiales reales , fue dulce y bueno con los indígenas. Su espíritu animó al tercer Concilio mexicano, que puso todas y cada una de las amenazas de la muerte eterna, reputadas infinitamente entonces, entre los indios y sus tenaces explotadores. Pasado el riesgo, tornaban los virreyes a la lucha con las hordas nómadas de la Mesa central, que el segundo Velasco pacificó definitivamente; a la pelea con las privilegiadas comunidades religiosas, que salían al paso de todas las jurisdicciones laicas, como amos y progenitores en Cristo de la familia indígena; a la lucha con los dueños de repartimientos, que la incierta política de los monarcas no dejaba reducir a un sistema definitivo de obligaciones y derechos. El primer siglo de México libre comenzó con un periodo de inestabilidad a nivel político y terminó con otro de seguridad tan represora que generó una revuelta. La perseverancia era la oposición entre los liberales, que abogaban por medidas de reforma social, y los conservadores, opuestos a ellas. Entre 1821 y mediados de la década de 1860, la joven nación fue invadida por tres países diferentes (España, EE UU y Francia), tuvo que ceder parte importante de su territorio a EE UU y sufrió casi 50 cambios de jefe de Estado.
La agricultura, tanto la de la tierra caliente, servida por los mestizos de procedencia africana y por los negros (generaba azúcar, tabaco, algodón, todo en corta escala) y de la que, poco a poco, quedó excluido el indígena puro (excluyendo en las regiones ístmicas y su prolongación hasta Yucatán y en buena parte de los litorales del Pacífico), como la de las tierras altas, solamente alcanzaba para el consumo interior. Entonces la pérdida sucesiva de cosechas en una región, por lo mal distribuido de las explotaciones, por su escasez y por la carencia de vías de comunicación, traían el apetito y su fúnebre cortejo de epidemias y tumultos desde Yucatán hasta Jalisco. Luego había que tener precaución con las demandas crecientes de los hijos de los conquistadores, que acostumbraban a ser mestizos, y que se creían con derecho a todos los empleos coloniales, y más que nada a los que se relacionaban con los indios, corregidores, alcaldes, etc. Las justas observaciones de los virreyes determinaron a los monarcas a organizar que para la provisión de los empleos se atendiese a la aptitud para el servicio, de prioridad a todo.
La República De México
Derrotó a los nativos hostiles en la batalla de Centla, cerca de la presente Frontera, donde el enemigo huyó aterrorizado por los jinetes españoles al opinar que caballo y jinete eran una sola bestia. Más tarde, los originarios entregaron a Cortés 20 mujeres jóvenes, entre ellas doña Marina , que se transformó en su indispensable intérprete, ayudante y apasionado. La Triple Alianza sometió a gran parte de México central, de la costa del golfo al Pacífico.
Se había relajado harto la virtud de los agentes del poder real, se cometían mayores abusos, había mucho más escándalos, se improvisaban mucho más veloces fortunas, y eso era todo; la corrupción espontánea del cadáver de la realeza española lo contaminaba todo, y resultaron extraordinarios los hombres cuyos nombres se acaban de citar. La casa de Borbón traía en su equipaje, al pasar los Pirineos, los hábitos de administración meticulosa y de centralización rigorosa establecidos tiempo ha en Francia, y el deseo de implantarlos en España y su imperio colonial. Pero las guerras constantes impidieron regentar normalmente; todo se dejó como iba y solo se trató de buscar hombres honrados para desempeñar los primeros puestos en las colonias, y no siempre se acertó en la empresa. La primera preocupación, por instinto natural de conservación, fue la de detallar una secuencia de actualizaciones hacendarias que aumentasen las rentas reales; lamentablemente, la suprema reforma hacendaria es la paz, y esa no existió sino más bien por intermitencias.
Historia De Las Drogas En México
Para conquistadores y colonos, el imperio americano era una ocasión de lucrarse. Cortés concedía a sus soldados encomiendas, por las cuales se les atribuía autoridad sobre un conjunto de indios. España imponía su autoridad mediante virreyes, los representantes personales de la Corona en México. Hemos amado demostrar que existió una franca continuidad de la forma de organización político territorial indígena, englobada bajo la manera del altépetl. Esto tiene sentido si se cree que, desde el punto de vista de un régimen de conquista, resultaba mucho más operativo continuar con un sistema que ya funcionaba y funcionaba bien, antes que improvisar o imponer otros que seguramente les significaría pérdidas económicas, tiempo y esfuerzo. La nobleza jugó un papel importante en este sistema, sobre todo porque ellos conocían cuáles eran los mecanismos que relacionaban los elementos que se podían disponer en sus altépetlde inferiores jerarquías, tal como accionar las redes encargadas de la administración y recaudación del tributo, ya en trabajo o en especie.
En el momento en que el presidente terminaba su mandato solo le preocupaba ser recordado por sus simpatizantes, socios o contrincantes como un líder que imprimió sus sello propio en la historia nacional. Precisamente, esta situación ha llevado a Carlos Salinas a intentar reconstruir la historia nacional para modificarla y poder ser recordado como el presidente del tratado de libre comercio, o el neoliberalismo pero no como el presidente que defraudó incluso a su propia familia. Este estigma desfavorable obligó a los presidentes a izar a cabo acciones populistas que mermaron las creencias institucionales más que aumentar la popularidad del presidente saliente. López Portillo y Miguel de la La capital de españa trataron de maquillar sus fallos financieros con afirmaciones y nacionalizaciones que desgastaron al sistema político mexicano en el rubro de su credibilidad. La fuente principal de energía económica en la Colonia era la minería, más que nada desde el descubrimiento del sistema de amalgamación de la plata y el azogue.
Durante 75 años estas opiniones dejaron la dictadura de un partido que cada sexenio tenía a un nuevo líder pero el sistema de representatividad y gobernabilidad proseguía. Incluso tuvo este sistema sus logros en el chato económico y popular cuando en la década delos cincuenta y sesenta el país medró a una tasa del ocho por ciento. El subvención público en la educación, la salud y la vivienda dejó la expansión de la facultad nacional y los institutos de seguridad social. El sistema político mexicano controlaba a la esfera pública económica y social a través del corporativismo. Desde los obreros que ganaban los sueldos más parcos hasta los empresarios mucho más opulentos fueron organizados en sindicatos o cámaras para legitimar la representatividad y la gobernabilidad del Estado. El sistema político mexicano se caracterizó por ser un presidencialismo que concentraba el poder el ejecutivo mientras que el legislativo y el judicial sólo secundaron las decisiones y las acciones del presidente.
Así, los 37 calpulle menores o pueblos registrados en los padrones de Ocotelulco, probablemente tuvieron las peculiaridades de las aldeas establecidas por García Cook y Merino Carreón. Obrando sin unidad ni concierto, y a pesar de la superioridad que la especialidad, el armamento y los recursos daban a los realistas, verdaderamente sorprende y admira lo que los insurgentes conseguían realizar. Terán y Victoria en las sierras orientales, entre Puebla y Veracruz; Guerrero, Ascensio, Bravo, los Rayón en el macizo orográfico que une ámbas cordilleras, y Torres, Moreno y otros en los límites de la Nueva Galicia y el Bajío; en las llanadas orientales de la Mesa central, Osorno, los Villagrán y otros recorrían incansablemente el país. En el lago de Chapala un puñado de héroes, adueñado de los islotes; primordiales, desafió años enteros todos los sacrificios del gobierno español. Si usuales eran los conflictos entre las autoridades civiles y eclesiásticas, y no rara vez degeneraron en serias perturbaciones del orden, en cambio toda vez que, con motivo de alguna calamidad pública, el pueblo se atumultuaba, el clero formaba el ejército moral del gobierno, la mayoria de las veces desprevenido y sin fuerza material que oponer a una revuelta.
La Guerra Contra Las Drogas
La civilización del centro de México a inicios del periodo Posclásico frecuenta conocerse con el nombre de “tolteca” (artífice), nombre acuñado por los últimos aztecas, que miraban con desconcierto a los mandatarios toltecas. Politóloga y analista, con 18 años de práctica en el ámbito del agua en México. Fue Gerente de Cooperación En todo el mundo de la CONAGUA, y el día de hoy es asesora privada en agua y saneamiento. Disfruta de ingreso a millones de libros electrónicos, audiolibros, gacetas y mucho más de Scribd. Acceda a millones de presentaciones, documentos, e-books, audiolibros, revistas y mucho más.